poema de despedida, la liberación del amor.

Te dediqué los versos más tristes y también los más felices, te comparé con un cometa, un libro y una planta y en todas tus facetas yo siempre te admiré fascinada. 
Pero los muros caen como la realidad de los refugiados, como los misiles de Rusia en Siria, como las cadenas de los esclavos... desde entonces vuelo con los pájaros. Sin rumbo fijo, arriesgando mi vida por la vereda del sendero del atardecer. 
Le cedí tu espacio a la luz y ahora escribo poemas sólo con el fin de imaginarlos leyéndolos en tu voz desde una oscuridad que ya no habito. 
Te coloco en tus páginas, con tus títulos y tu Arial 12, en mis libros, el único lugar que has visitado aparte de la historia del río Nilo que hay entre mis piernas. 
Sólo en ese lugar sigues siendo mi Dios, mi esperanza y sobre el latir tan fuerte de mi corazón...

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